Los estudios también han observado un menor riesgo de cáncer endometrial con niveles elevados de actividad física, aunque en algunos estudios esto se ha limitado a mujeres que tienen sobrepeso o que no hayan todavía pasado por la menopausia. Utiliza para reparar los tejidos dañados en el cartílago. A esta situación se sumó una predisposición genética en los mexicanos para metabolizar de manera distinta las grasas y azúcares dando como resultado la grave.